Acercamiento saludable a la “enfermedad del beso”
Recientemente tuve la oportunidad de reencontrarme en
consulta con un paciente que hace 3 años le hice el diagnóstico de
Mononucleosis infecciosa. Todavía recuerdo la expresión de la madre en aquel entonces
cuando le mencioné que la enfermedad también se conoce como “enfermedad del
beso”. El chico ha tenido una evolución satisfactoria y no resultó ser más que
otra de las infecciones que con frecuencia enfrentan nuestros hijos.
En la práctica profesional como pediatra en no pocas
ocasiones nos encontramos con pacientes enfermos de evidente amigdalitis que
por sus características apuntan a una infección bacteriana, sin embargo, cuando
examinamos minuciosamente, interrogamos y confiamos en la evidencia resulta
inevitable considerar a la mononucleosis infecciosa como causa de este tipo de amigdalitis.
Si usted es de esos amantes del saber y del saber para bien,
en salud, les proponemos que lea este artículo en el que estaré haciendo un
saludable acercamiento a “la enfermedad del beso”.
La Mononucleosis es una infección viral aguda que se
caracteriza por fiebre, dolor de garganta, presencia de exudados similares a
los que aparecen en las amigdalitis de origen bacteriano, que puede acompañarse
de aumento marcado de las glándulas del cuello, así como alteraciones hepáticas
o del bazo. El agente causal es el virus de Epstein Barr, que pertenece al
grupo de los herpes virus y su modo de transmisión es de persona a persona por
vía oral, por medio de la saliva, lo que ha motivado que se le conozca como
enfermedad del beso. No obstante, la transmisión viral puede ser por cualquier
contacto con la saliva, por ejemplo, compartiendo el alimento o mediante el
intercambio de saliva de niño a niño como sucede en las guarderías, a través del
intercambio de tazas, utensilios o tosiendo y estornudando cerca de otras
personas. Se ha encontrado el virus en sangre, epitelio vaginal y semen, haciendo
probable que se transmita por contacto sexual.
Normalmente se presenta en la niñez, pero las personas entre
15 y 30 años son las principales víctimas debido a que, a esta edad, el
contacto salivar con diferentes parejas es frecuente.
Podemos sospechar esta enfermedad frente a un paciente con
fiebre elevada entre 39 y 40 grados, acompañada de malestar general, dolor de
cabeza, dolores musculares durante 4 a 10 días. Estos síntomas se acompañan de
adenopatías (inflamación de ganglios), faringitis y amigdalitis exudativa y
aumento de tamaño del bazo. También puede encontrarse aumento del hígado,
ligero íctero, rash cutáneo.
En la mayoría de los casos la enfermedad cura por sí sola y
se manifiesta como leve o moderada. No obstante, se presentan infecciones
persistentes que se asocian con el síndrome de fatiga crónica. Los síntomas de
esta virosis persisten entre 4 y 6 semanas, aunque frecuentemente, deja
secuelas de cansancio y debilidad por otros 2-3 meses después de la
recuperación. El tratamiento se centra en utilizar el sistema inmune del
organismo para eliminar gradualmente el virus.
En pacientes con una respuesta inmune muy deficitaria, la
evolución de esta enfermedad puede ser hacia la cronicidad. Las complicaciones
son poco frecuentes y las más importantes son: la ruptura del bazo, que se ha
descrito en niños mayores y la hepatitis. Así mismo infecciones secundarias bacterianas
que pueden llevar a la sepsis generalizada, polineuritis, parálisis facial,
entre otras.
Es válido señalar que la mononucleosis no es una enfermedad
grave y la mayoría de los pacientes se recuperan sin problemas.
Por último puntualizar que el mantenimiento de estrictas
medidas higiénicas para evitar la contaminación con saliva de personas
infectadas. Las personas pueden ser contagiosas mientras tengan los síntomas y
hasta por unos cuantos meses después. Estas medidas incluyen el lavado
meticuloso de las manos y no beber líquidos de un recipiente común para reducir
al mínimo el contacto con la saliva de otras personas. El seguimiento de estas
medidas cobra gran importancia en los pacientes inmunodeprimidos por la mayor
susceptibilidad que presentan.
Esperando que con este tema toda la familia crezca en salud,
los invito a escribirnos, comentar o preguntar cualquier inquietud sobre el
tema abordado hoy.
Lea y comparta este articulo con amigos y familiares, ya que otros
podrían verse beneficiados con la información.
Dr. Franklin Fernández Torres
0995941468
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ResponderEliminarLas personas pueden ser contagiosas mientras tengan los síntomas y hasta por unos cuantos meses después. Estas medidas incluyen el lavado meticuloso de las manos y no beber líquidos de un recipiente común para reducir al mínimo el contacto con la saliva de otras personas.