Estrés o ansiedad en los niños. Existe y podemos enfrentarlo.
Son muchas las situaciones que
pueden provocar que nuestros hijos se estresen. En más de una oportunidad el
motivo de consulta en pediatría ha sido la preocupación de los padres por el
estado emocional de sus hijos y como éste afecta su día a día.
El estrés en la niñez se ve
fundamentalmente provocados por situaciones que requieran adaptación a cambios
y muchas veces causa ansiedad.
No sólo son cambios o situaciones
negativas los que pueden generar estrés, ocurren también eventos positivos que pueden
generar mucha ansiedad en los más pequeños de la casa. Pero siguen siendo las
enfermedades, la muerte de un familiar, conflictos
entre los padres como el divorcio, violencia dentro del hogar o situaciones
como el bullying en la escuela o debido a altas exigencias docentes las que
producen mayor estrés en nuestros hijos.
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Las personas adultas suelen
aprender a responder al estrés por lo que han experimentado antes sin embargo
los niños tienen pocas experiencias previas y es por eso que algunas
situaciones que puedan parecer insignificante para los adultos pueden
repercutir sobre los sentimientos de seguridad del niño y acrecentar su estrés.
Los padres debemos estar alerta
ante los signos de estrés en nuestros hijos que pueden manifestarse con una disminución
del apetito, dolores de cabeza, el
regreso a orinarse en la noche, pesadillas o terrores nocturnos, el tartamudeo,
dolores de estómago, así como trastornos
del comportamiento como ansiedad, preocupación o miedo, mayor apego a adultos,
las rabietas o la incapacidad para controlar sus emociones.
Para evitar el estrés en nuestros
hijos debemos brindarle un hogar tranquilo, firme, confiable y seguro.
Clasificar y seleccionar los
programas de televisión así como el uso o abuso de los dispositivos electrónicos.
Disponer de tiempo para estar junto con el niño donde debemos escuchar a
nuestros hijos sin criticarlos y fortalecer la autoestima en ellos. Por otro
lado debemos darle oportunidades de elección en algunas circunstancias y
estimular la actividad física así como también mantenerlos alejados de
situaciones estresantes como pueden ser discusiones entre los padres u otros
miembros de la familia. Mantener al niño informado de algunos cambios
necesarios cómo pueden ser cambio de
escuela, mudanza o cambio de trabajo es otra manera de evitar la ansiedad o el estrés
en ellos.
No menos importante es la recomendación
de que debemos buscar asesoría médica cuando vemos que los signos de estrés se
han manifestado y no desaparecen espontáneamente.
Los invito a comentar este
interesante tema. Compartan si han logrado resolver alguno de estos problemas
de estrés en sus hijos para que otros padres puedan seguir sus recomendaciones.
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