Desnutrición en niños ecuatorianos: Un llamado a cambiar la cultura alimentaria.

Hoy es imprescindible retomar un tema de vital importancia como la desnutrición en Ecuador. Durante muchos años, hemos enfrentado una problemática de salud que afecta a numerosos niños y que tendrá repercusiones en las futuras generaciones, ya que los niños de hoy serán los encargados de construir el futuro del país. Las cifras son alarmantes.


En julio de 2018, la revista Vistazo mencionó en sus estadísticas que los índices de desnutrición crónica en Ecuador superaban las de Haití, nación históricamente afectada por este flagelo. Año tras año, se han identificado las causas de esta desnutrición, pero los proyectos implementados hasta ahora no han logrado solucionar el problema.

Me alegra presenciar cómo el gobierno de Ecuador busca la colaboración de aquellos que han logrado disminuir este problema. Tenemos confianza en que un proyecto asesorado por Uruguay en la actualidad dará resultados positivos en los próximos años. 'Proyecto triangular' busca fortalecer la estrategia de reducción de desnutrición crónica infantil en Ecuador


Desde mi posición como pediatra y basándome en mi experiencia de varios años en el país, en agosto de 2018 escribí sobre esta situación. Y aún, cinco años después, sigo convencido de que la batalla contra la desnutrición infantil se gana a través de una educación nutricional más amplia para las familias en todos los ámbitos, involucrando a todas las edades. Los adolescentes de hoy serán los futuros padres, y los padres actuales, los abuelos. Cada generación debe mejorar su cultura nutricional para proporcionar una mejor alimentación a nuestros hijos con los recursos disponibles.

Considero que lo que está fallando es la forma en que alimentamos a nuestros hijos. Observamos que están recibiendo una nutrición deficiente y que el fenómeno de la desnutrición no se limita solo a las poblaciones económicamente desfavorecidas, sino que también afecta a las comunidades con alto poder adquisitivo. En estas últimas, prevalece una cultura alimentaria incorrecta que se ha arrastrado por generaciones y que necesita cambiar para lograr una mejor alimentación para nuestros hijos.


La desnutrición no solo implica bajo peso y baja estatura, que son secuelas de este problema de salud, sino que también incluye la presencia de anemia debido a deficiencias de micronutrientes. Esta última es una de las manifestaciones de la desnutrición y afecta significativamente el neurodesarrollo, el aprendizaje y el coeficiente intelectual de los niños. Por lo tanto, es indispensable que las estrategias y proyectos tengan una presencia sólida y se promueva la enseñanza en escuelas, hospitales y consultorios médicos tanto de instituciones públicas como privadas.


Debemos crear conciencia en nuestras familias para asegurar que nuestros hijos reciban una alimentación adecuada, por eso considero que lograr los objetivos siguientes podrían ayudar a revertir más rápidamente la crítica situación en el país:

  1. -Mantener la lactancia materna al menos durante los primeros seis meses de vida.

  2. -Introducir gradualmente, de manera ordenada y bajo supervisión médica, los alimentos sólidos a partir del sexto mes, para que al año el niño tenga una dieta variada similar a la de los adultos.

  3. -Considerar el arroz, otros cereales, las legumbres y las carnes como alimentos fundamentales y primordiales en la dieta, especialmente en los niños en edad escolar.

  4. -Dejar de considerar la sopa como un alimento esencial y fundamental, ya que carece de los nutrientes necesarios para una buena alimentación.

  5. -Evitar el consumo excesivo de leche después de cumplir un año, ya que puede interferir con la absorción de muchos nutrientes y limitar la introducción de otros alimentos.

  6. -Respetar los horarios de las comidas, siendo el desayuno fundamental y debe incluir nutrientes provenientes de frutas, cereales y lácteos.

  7. -Promover una lonchera saludable como una de las pautas a seguir.

  8. -Fomentar el consumo de hígado, otras vísceras y granos, como las lentejas.

  9. -Proporcionar frutas a nuestros hijos y fomentar el consumo de ensaladas, ya que ayudan a aumentar el apetito y a absorber los nutrientes de los demás alimentos.


Es fundamental tener en consideración estas recomendaciones para asegurar una alimentación apropiada y prevenir la desnutrición infantil. Reconozco la necesidad de implementar un plan de acción multidisciplinario que no se limite únicamente al sector de la salud, ya que la lucha se gana a través de la educación, comenzando desde las aulas en todos los niveles de enseñanza.

Voy a compartir nuevamente el enlace al artículo que escribí en 2018, ya que considero que no necesita ser actualizado desde el punto de vista médico. Les invito a todos los lectores a compartir su opinión sobre este importante tema. DESNUTRICIÓN EN ECUADOR: MI PERSPECTIVA COMO PEDIATRA. - agosto 28, 2018



Autor: Dr. Franklin Fernández Torres

Médico especialista en Pediatría y Medicina Familiar

Postgrado en Nutrición Pediátrica.

Guayaquil-Guayas-Ecuador


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