Caso en Consulta: Úlceras en el Interior de la Boca y Encías Inflamadas en Niños

En los últimos días, he atendido casos similares al presentado hoy. Un niño acudió a consulta debido a fiebre moderada, malestar general y dolor en los ganglios del cuello. Además, en el día de ayer comenzaron a aparecerles lesiones en la encía y el interior de la boca, parecidas a pequeñas llagas. Estas lesiones afectaron el paladar y llegaron hasta los labios, formando ulceraciones dolorosas. El niño ha perdido el apetito y presenta un aumento en la salivación. Es importante destacar que este niño asiste a una guardería.

Tras examinar al niño, nuestra primera impresión diagnóstica es que se trata de una infección viral causada por el virus del herpes simple (VHS). Este virus tiene dos subtipos, y en este caso, el subtipo 1 es el responsable de la infección. Las características presentes en este niño son típicas de una primo infección, que ocurre cuando el niño se infecta por primera vez con el virus.

Caso en consulta: Gingivostomatitis herpética.

El período de incubación de esta infección viral oscila entre 2 y 14 días. Los síntomas que el niño presenta —fiebre, malestar general y babeo excesivo— son típicos de esta infección. Las lesiones aparecen primero como vesículas que se rompen fácilmente, dejando úlceras que pueden formar costras dolorosas. Estas úlceras no suelen ser mayores de 5 mm de diámetro y están rodeadas de enrojecimiento en la piel (eritema).

Por lo general, esta infección viral se resuelve en un lapso de hasta 12 días. El diagnóstico se basa en observar los síntomas clínicos. Es importante tener en cuenta que esta infección es altamente contagiosa, especialmente en los primeros dos a tres días después de la aparición de las primeras lesiones. El riesgo de contagio disminuye cuando las úlceras o costras ya son visibles.

Aunque raramente causa complicaciones graves, esta infección puede desencadenar encefalitis, epiglotitis u otitis media en casos excepcionales. Si detecta estos síntomas en un paciente en su hogar, es fundamental acudir al médico. La automedicación no es recomendable, y el tratamiento es específico. Puede incluir antivirales, manejo sintomático para aliviar el dolor, hidratación, antisépticos o cicatrizantes tópicos, entre otros. Siempre será el pediatra o el médico de cabecera quien determine el tratamiento más adecuado.

Los animo a compartir si han enfrentado situaciones similares en sus hogares. También los invito a plantear preguntas e inquietudes sobre la gingivoestomatitis herpética. Mantengan el contacto con su pediatra a través de las redes sociales y, sobre todo, a través de este blog informativo diseñado especialmente para ustedes, los padres preocupados por la salud de sus hijos.


ESCRIBE: Dr. Franklin Fernández Torres
Pediatra con Postgrado en Nutrición Pediátrica.
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